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O caminho para a distância

Rio de Janeiro, Schmidt Editora, 1933

El primer libro de Vinicius de Moraes ya traía en el título el aspecto dramático que atravesaba su poesía de la juventud. Con un acentuado interés por las ideas de los intelectuales católicos y metafísicos de Río de Janeiro en aquel entonces, el poeta invierte en largos versos sobre las tormentas de su alma y los conflictos espirituales internos, que le daban el tono al grupo. Otavio de Faria, América Jacobina Lacombe, Augusto Frederico Schmidt y Lucio Cardoso eran algunos de los nombres que formaban parte de la vida y de las orientaciones intelectuales del joven Vinicius. 
 
Con el primer poema publicado en 1.932, en la revista católica A Ordem (La Orden), dirigida por Alceu Amoroso Lima, la carrera de poeta del joven estudiante de Derecho de Catete estaba sellada, aunque todavía tímidamente. Su filiación casi completa hacia los temas católicos transformó su estreno en un esbozo aún lejano de lo que, ya en el libro siguiente, de 1.935, señalaría un poeta en desplazamiento. Sus versos parten, poco a poco, hacia temas más amplios, más allá de la cuestión católica. En este libro, leemos aún a un poeta que mira el mundo a través de la fe, sin perder, sin embargo, el conturbado punto de vista del alma.

Nota Bibliográfica

En Poesia completa e Prosa, editada por la Nova Aguilar (1ª ed. 1968; 2ª ed. 1974), este libro - el primero de Vinicius de Moraes - aparece agrupado a los dos siguientes (“Forma e exegese”, y  “Ariana, a mulher”), bajo un título (denominado "epífrafe") único: O sentimento do sublime. El responsable de tal organización fue el profesor y crítico Afrânio Coutinho (1911-2000), con la concordancia de Vinicius de Moraes.  En este sitio, el usuario puede acceder a los libros por los  títulos originales - según las ediciones anteriores a la copilación en volumen por la Nova Aguilar - o por la nomenclatura adoptada en esta última.

El volumen trae el siguiente texto introductorio:
Este livro é o meu primeiro livro. Desnecessário dizer aqui o que ele significa para mim como coisa minha — creio mesmo que um prefácio não o comportaria normalmente.
São cerca de quarenta poemas intimamente ligados num só movimento, vivendo e pulsando juntos, isolando-se no ritmo e prolongando-se na continuidade, sem que nada possa contar em separado. Há um todo comum indivisível.
Seus defeitos de ideia são os meus defeitos de formação. Seus defeitos de construção são os meus defeitos de realizador. Eu o dou tal como o fiz, com todos os arranhões que lhe notei na fixação inicial, virgem de remodelações, na mesma seiva em que sempre viveu.
Ofereço-o aos meus amigos.
V.M. Rio, 1933